Entre los trastornos neurodegenerativos, el Alzheimer, también conocido como EA, es uno de los más importantes. Destruye de forma gradual las células más importantes del sistema nervioso y se considera el fundamento principal para el desarrollo de demencia senil o pérdidas de facultades mentales. Suele afectar, en especial, a los adultos de edad avanzada. A raíz de esto es posible confundirla con otras patologías.

Cumple con un pico de aparición creciente. A medida que el individuo tiene más de 70 años las probabilidades se elevan de forma drástica. Es fortuito observar casos en menores de 60, siendo comúnmente diagnosticada entre los 65 y 68. Muchas personas lo asocian erróneamente con el envejecimiento; en mínimas ocasiones se ha manifestado en plena juventud.

¿En qué consiste el Alzheimer?

El Alzheimer consiste en el desequilibrio de las funciones cerebrales. Se ven afectados los factores conductuales y emocionales. El ánimo, percepción de la realidad, motivación, energía y sueño, por ejemplo. También perturba la capacidad cognitiva, denominada funciones del pensamiento. La planificación, atención, orientación visual, memoria y lenguaje.

Los síntomas no se muestran con rapidez. Se van desarrollando de forma progresiva hasta tomar el control total sobre su huésped. Los primeros indicios de la patología radican en inconvenientes al memorizar nueva información. Este fenómeno se conoce como autobiográfica o episódica.

¿Cuáles son los síntomas del Alzheimer?

Entre los síntomas del Alzheimer, el más evidente procede al hecho donde el paciente desarrolla dificultades para reconocer personas, nombres, números o información que se le presente.

El aporte de pistas o insinuaciones sobre el contexto es incapaz de elevar el índice de recuerdo. La deficiencia del uso de claves es el principal rasgo con el cual identificarla en menores de 60; mientras que, en la vejez, valerse del contexto es casi inevitable. Mientra va escalando en las funciones cognitivas, se le pueden adjudicar cambios de humores; en especial orientado a la apatía.

Con el constante progreso es capaz de alterar las siguientes cualidades:

  • Seguir un orden al dibujar, copiar figuras y tomar indicaciones.
  • Noción del tiempo.
  • Identificar y denominar productos cotidianos.
  • Reconocer personas o animales.

Las funciones convencionales del hombre se deteriorar lentamente. La motora y regulación de los órganos del cuerpo, por ejemplo. No laboran de forma correcta o se interrumpen. Se manifiestan alucinaciones, delirios, incapacidad de discriminar y agitación inexplicable. Los efectos se presentan en periodos de cinco a 20 años. Durante el umbral se percibirán delirios fortuitos, hasta que se extienda por el área que domina esta capacidad.

Los avances médicos son incapaces de adjudicarle una causa específica. Al contrario, se consideran múltiples los factores que pueden desencadenar una patología de este calibre. Es razonable pensar las condiciones ambientales y genéticas toman un rol sustancial. El choque entre estas áreas puede provocar un desequilibrio que sirva para sustentar su desarrollo.

Distintos informes se dedican a atacar las siguientes áreas:

Genes: En el inicio precoz, la genética es la principal referencia que toman los médicos. Cuando un pariente directo padece la enfermedad, las probabilidades de que surja en futuras generaciones se incrementas entre tres y cuatro veces.

Sexo: Las mujeres son más propensas a enfrentarla. Se cree que es por su mayor esperanza de vida.

Edad: Cada cinco años aumentan los factores de riesgo. En la etapa de 65 años se mantiene en 10 por ciento. A los 85 años se eleva al 50 por ciento.

Ritmo de aprendizaje: Uno de los factores que fomenta su desarrollo es el limitado nivel educativo. La estructura neuronal se fortalece tras la constante ejercitación cognitiva e instrucción.

Dieta: Una nutrición que se complemente con grandes productos calóricos, elevados niveles de ácido grasos y ácidos omegas 6 es perjudicial para el individuo. Los especialistas aconsejan seguir una dieta estricta a fin de prevenir o trata la patología.

Altos índices de homo-cisteína: Aminoácido orgánico que se encarga de prevenir procesos perjudiciales para los órganos. Pero su exagerada concentración puede desglosar diversas neuropatías y cardiopatías.

Antecedentes: Una vida sedentaria da lugar a un amplio catálogo de trastornos. El tabaco, diabetes u obesidad, pueden contribuir en su aparición. También la depresión, hipertensión arterial o traumatismos craneales.

Mejorar el estado de ánimo de las personas con Alzheimer radica en muchos fundamentos. La actividad física, por ejemplo, ayuda a mantener sus músculos, corazón y articulaciones saludables. Las rutinas no son fuertes y el esfuerzo requerido en algunos casos es mínimo:

Caminar todos los días: El tiempo puede oscilar entre 10 a 20 minutos. Es necesario que el encargado de atenderlo esté a su lado para tratar todo tipo de inconvenientes.  En caso contrario, el paciente debe contar con un brazalete de identificación y un número telefónico viable.

Ejercicios desde casa: En los programas de televisión o sitios web como Youtube se hallan personas que enseñan a hacer estiramientos en el hogar.

Baile: El paciente puede bailar al ritmo de la música. Esto ayuda a coordinar sus movimientos. El realismo también es un factor indispensable. Se considera optimo que las rutinas sean cortas, evitando así esfuerzos exagerados.

La mayoría de las personas con EA desarrollan dificultades para moverse. Esto es consecuencia de: Falta de coordinación, depresión, dolores en las extremidades o problemas de resistencia.

¿Cómo se enfrenta al desarrollo del Alzheimer?

Una vez comprendido cuáles son los síntomas del Alzheimer, es imprescindible establecer las formas de enfrentarlo. La dieta toma un rol sustancial en lo referente a las capacidades:

Alimentos saludables: Consumir distintos tipos de frutas, verduras y granos. Si le gustan al paciente no surge ningún inconveniente. En caso contrario es preciso recurrir a creativas estrategias para que los ingiera.

Preparación sencilla: Tardar mucho tiempo preparando el plato puede causarle ansiedad. Los productos sencillos de preparar son óptimos para eludir estas situaciones. Ensaladas, alimentos en pequeñas porciones o comidas ya preparadas, por ejemplo.

La persona con alzheimer, en la etapa temprana, presentas leves inconvenientes para controlar sus hábitos y rutinas alimenticias, pero es capaz de valerse ella misma. A menudo que avanza la enfermedad se olvida de comer, quema los alimentos al dejarlos en la estufa o no calienta los productos.

Las revisiones periódicas son esenciales, los cuidados que exige un paciente en las etapas avanzadas precisan de mayor precaución para evitar que se lastimen. Es posible contratar a un especialista para que se encargue de sus necesidades o pedirle el favor a alguien de confianza.