La fobia social es la intensidad, exceso y persistencia del miedo en torno a situaciones sociales, frente a la eventualidad de no desempeñarse de manera adecuada o verse en vuelta en humillantes, vergonzantes y embarazosas.

¿Cuáles son los síntomas de la fobia social?

La fobia social se caracteriza por presentar una variabilidad se síntomas perceptibles no solo a nivel interno, sino que también se exteriorizan a través de acciones que generan un contraste en el comportamiento respecto a la percepción general que el entorno espera del individuo de acuerdo al rol social a desempeñar. 

  • Experimentan miedo crónico y persistente de efectuar actividades que puedan avergonzarles. A raíz de esto, la ansiedad se extiende por días o semanas. Las personas que padecen de tal patología tienden a mostrar timidez y ansiedad extrema frente a las situaciones sociales.
  • La fobia se limita a situaciones concretas, aunque puede extenderse para abarcar cualquier tipo de interacción que no esté asociada con personas que no pertenezcan a la familia.
  • La sudoración profusa, palpitaciones y temblores; dificultad al momento de hablar; sentir sequedad y ruborizarse continuamente; desorganizar el curso del pensamiento o disminuir la concentración en datos que se deseó expresar.
  • El trastorno de ansiedad social es distinto a la timidez debido que los que pertenecen a este último rango tienen la capacidad de manejarse en situaciones sociales, mientras que los primeros son incapaces de aislarse de quien los rodea.
  • El paciente puede sufrir ataques de pánico por minutos cuando se llega a situaciones de ansiedad extremos.

¿Qué origina la fobia social?

La fobia social está anclada a sentimientos no asumidos dentro de rangos de contextos que son vividos como debilidades en ambientes de carencia afectiva, donde a los niños no se les proporciona experiencias de seguridad en las familias que son fundamentales para que puedan desarrollarse de una manera adecuada. Los ambientes normativos y sobreprotectores también anclan la inviabilidad de desarrollo de sentimiento de valor propio y auto afirmativos, tan fundamentales para la persona.

El individuo desarrolla el miedo a salir al mundo, a conectar con terceros basándose en virtudes, defectos y enfrentar las limitaciones para hacer a cualquier inconveniente que se presente.

La deformación de este precepto, invariablemente de cuan adverso haya sido el entorno donde se desarrollase, se puede adquirir mediante recursos nuevos la seguridad que no obtuvimos en la crianza.

La desensibilización sistemática que cosiste en planificar de forma progresiva y gradual a los estímulos que producen la fobia es una de las maneras más optimas de tratar la fobia social. El terapeuta será quien guie a la persona al desarrollo de ésta técnica.

La técnica de exposición se desarrolló a través del segmento cognitivo conductual, pero son propios los pacientes a quienes les va correctamente y pueden resolver su inconveniente.

Es importante acotar que hay personas que recuperándose a través de la técnica de exposición tienden a desarrollar alguna similar o re-endurecer. Por este motivo es fundamental aplicar tratamientos que sean orientados a una profundidad superior que favorezcan el trabajo del problema de forma que no se vuelva a producir.

Tasa de fobia social e incidencia en el desarrollo de otros comportamientos adversos

No puede determinarse con exactitud, pero a través de diversas investigaciones se calcula que la prevalencia anual de esta fobia es de 2 a 3% de la población mundial. La cifra siguió de los temerosos de hablar en público, que son de 34%. Las personas consideradas tímidas ascienden hasta al 50%.

Este trastorno es más frecuente en mujeres que hombres dentro de la medida de la aceptación pública. En cuanto a la medida en solicitud de consulta, el porcentaje de hombres y mujeres se nivela. La razón es evidente, los roles sociales imponen la agresividad actitudinal en el hombre, esto les obliga a solucionar de forma independiente el trastorno o intentar ocultarlo.

La fobia social precede a la aparición de una variabilidad de trastornos que pueden desencadenarse según antecedentes personales o hereditarios. No solamente se limita a aspectos físicos o internos, sino que adquiere un vínculo considerable con la dependencia de sustancias psicotrópicas que decida experimentar por su cercanía, o bien, haya sido consumida con anterioridad.

La psicóloga Edna Foa desarrolló un estudio sobre las personas que padecían de fobia social. Determinó que solían basarse en irrealismo sobre las expectativas o experiencias de lo que ocurriría al relacionarse con los demás. Su visión sobre la humanidad se encontraba distorsionada.

En el proceso investigativo, la psicóloga preguntó a los participantes sobre la probabilidad de que ocurriese algo negativo durante el proceso de interacción. La opinión promedio se basó el uso de adjetivos negativos para hacer referencia a los posibles resultados. Catastrófico, malo, perjudicial, entre otras variaciones en sinónimos fueron los términos empleados.

¿Cómo liberarme de la fobia social?

Las habilidades sociales, definidas en 1986 por un prominente psicólogo español, se refiere a las capacidades aprendidas que usamos dentro del proceso de interactividad social con la finalidad de satisfacer objetivos personales que prevean la aparición de problemas a largo plazo. La forma de expresar quejas, deseos, opiniones, sentimientos y actitudes, o bien, el simple hecho de decir ‘no’ son propicios del desarrollo de esta cualidad.

La preponderancia de emociones negativas como la ira, ansiedad, enfermedades psicosomáticas, aislamiento, problemas de autoestima y disminución de la calidad de vida son ocasionados por déficits de estas habilidades.

El entrenamiento continuo de las habilidades sociales nos ayudará a adquirir y perfeccionar esta destreza. El alcance nos brindará tres aspectos relevantes. En primer lugar, se comprenderá una parte fundamental del mundo y la forma de establecer una relación con los mismos; aprenderemos a conocernos a nosotros mediante el trato con terceros; podremos influir en la dirección deseada.

La lectura de libros de autoayuda focalizados en atender la solución a este conjunto de adversidades será la actividad prioritaria que cualquier persona deberá de ejecutar. Destacamos el hecho de que dentro de estos libros encontraremos puntualizaciones de orientativas paso a paso que inducirán el adecuado desarrollo de esta capacidad. También se incluirá encuestas para medir el desempeño.